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Buscando un trébol de cuatro hojas

 Esta mañana hemos salido a pasear y, realmente esta el campo a tope, las ultimas lluvias caídas han ayudado a la primavera en todo su apogeo. Las chicas se han entretenido buscando flores amarillas, blancas, rosas...-estas que son? y aquellas?-preguntaban con verdadera curiosidad. entre explicaciones de cuales son unas y otras nos hemos sorprendido agachados buscando tréboles de cuatro hojas. una de las chicas me ha dicho:-es imposible encontrar uno-, -no-, le he respondido yo-no hay nada imposible en la vida, solo hay que perseverar, si hoy no lo encuentras, no te rindas, sigue buscando-me ha mirado convencida me ha cogido de la mano y hemos continuando el camino con paso alegre.  Así creo que es la vida en general, la pasamos buscando nuestro trébol de cuatro hojas, incesantes e incansables, agachados, con la mirada fija en los brotes del suelo, sintiendo la frustración de no encontrarlo, pensando al final que es imposible, abandonamos la idea de poder hallarlo y decidimos ser simpl

El dia

Me acabo de levantar, la oscuridad ya no lo es tanto, pero me pregunto cuando se apagara del todo la luz otra vez. En estos momentos aprovechó para hacer cosas, no cosas no, obligaciones, de las que todos estamos llenos, porque seamos realistas que espacio de tiempo nos queda para nuestros ocios, para hacer esas cosas que realmente queremos hacer, por eso es por lo que la luz se va apagando porque los deberías absorben totalmente a los querrías y dejas de ser persona para convertirte en un ente automatizado que sabe lo que DEBE hacer, sin poder plantearse que quiere hacer. Por ejemplo y si quisiera salir  a andar un rato y disfrutar del Sol, mi Beva interior me diría: -es imposible tienes que hacer la cama, la comida, limpiar... -Y si quisiera sentarme a leer un libro?:- No no, -contestaría ella sin dudar, -con todo lo que tienes  que hace? Olvidalo...- Y así todo el rato discutiendo, día tras día, noche tras noche... Al final la ansiedad y la desesperación hacen acto de presencia y la

La noche

Hola, soy Beva, una soñadora fracasada, impaciente y algo desquiciada, desesperada por compartir lo que no puede decir. No se si a alguien también le pasa, tiene un millón de cosas en la cabeza que le atormentan, que no puede decir en voz alta, porque la locura no es pequeña, pero que si no comparte, sabe que esa locura va a crecer. Piensa que si las saca de dentro, toda esa oscuridad que hay se puede convertir en luz, quizá no la más intensa, pero si lo suficientemente fuerte para ver por fin quien es. Pues así soy yo y espero no ser la única. Buenas noches.